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CONVIERTE A TU GRAN ENEMIGO EN TU MEJOR ALIADO

Por: Sandy Cisneros

A lo largo de mi carrera y experiencia laboral he escuchado a muchos empresarios quejarse de distintos personajes de su vida como sus enemigos, algunos mencionan a políticos, otros a la competencia, otros culpan a los nuevos movimientos sociales, otros más a sus propios equipos de trabajo y algunos otros se atreven a culpar a sus familiares o parejas; sin embargo sólo existe un enemigo que pocos conocen y  por ello es tan peligroso que este dentro de la empresa, puesto que el no reconocerlo asegura la muerte de la empresa o un lento y  doloroso crecimiento.

Mientras más rápido se descubra y se detecte en el equipo a este enemigo será más fácil poder retomar estrategias de crecimiento, cambios y, sobre todo, mantener la visión sobre las soluciones, que es lo que nos lleva al avance de toda empresa.

Este enemigo sabe cómo esconderse, puesto que muchas veces no se muestra fácilmente, sino que puede regalarte una sonrisa y después sorprenderte y sabotearte. Muchas veces te hará tomar decisiones equivocadas y cuando llegan los resultados te obligará a seguir adelante, aunque sabes muy bien que deberías detener esa decisión, disculparte y volver a empezar, aprender de los errores y marcar una nueva ruta, sin embargo, este enemigo sabe cómo hacerte dudar de lo correcto y te impedirá reconocer el error llevándote así muchas veces a tocar lo más profundo del fondo. Si bien te va, podrás rescatar los pedazos que queden de tu empresa y trabajar de la mano con este enemigo para saber reconocer cuando te puedes fiar de él y cuando podría sabotearte nuevamente.  Si a pesar de los resultados no logras detectar a este enemigo podrás crear una nueva marca, una nueva empresa y la harás crecer nuevamente en conjunto de este enemigo porque, esa es su mayor habilidad y por eso es tan peligroso escucharlo, ya que tiene la habilidad de hacerte ver y creer que tú puedes volver a lograrlo y tiene razón, no obstante si no te cuidas de él, te confías y caes en sus garras haciendo peligrar el nuevo proyecto que iniciaste y colocándote en una posición de riesgo donde no sólo te afectará a ti sino a tu equipo de trabajo.

Sin embargo, los empresarios y líderes de altos mandos que lo han reconocido en etapas tempranas y han sabido identificar el poder de este gran enemigo, han logrado ocupar la fuerza de este para sumarlo como el GRAN ALIADO. 

Una vez hecho este movimiento estratégico y haber hecho una alianza con este enemigo, se han dado cuenta de que sus proyectos han perdurado y se han sabido mantener y adaptar a lo largo de los años. Las empresas que logran crear este tipo de alianzas con este gran enemigo son empresas que se vuelven fuertes y que saben sobrellevar las crisis que continuamente pasan con el tiempo, ya que este enemigo trabajará en sinergia contigo, trabajará hombro a hombro, te acompañará sin sabotearte y te dará la fuerza que necesitas para pedir ayuda y tomarte de tu equipo para verdaderamente confiar en el talento que has reclutado. 

Las fallas socialmente son castigadas injustamente y si no conoces bien tu estructura psicológica puedes desmoronarte y te puede aterrar la decisión de retroceder a pesar de saber que adelante hay un barranco.

Tanto los líderes como los empresarios tienen una gran responsabilidad sobre sus espaldas, ya que sus decisiones y acciones formaran parte de la vida de los colaboradores y para bien o para mal son los que alimentan el camino de varias familias, puesto que sin empresarios no habría empresa y sin empresa no hay trabajos y sin trabajo no hay sustento en la casa de los colaboradores.

¿Cuándo el ego se convierte en un enemigo?

Es sencillo decirlo, pero difícil de reconocerlo, toda estructura que se forma con puestos de liderazgos depende de la confianza que tengan estos al ejecutar una acción, sin embargo, si estas acciones se dan por hecho que están bien ejecutadas sin revisar y detenerse a ver los resultados, sin escuchar el entorno y dando por hecho que se conoce al cien por ciento a la situación, se cae en alimentar al enemigo. Un enemigo hambriento es peligroso, ya que incitará a buscar situaciones de reconocimiento sin importar que tantas bases tenga ese reconocimiento, promoverá las decisiones rápidas, aunque pongan en riesgo parte de la operación o del equipo e inclusive del resultado. Sin embargo, también mantener a este enemigo encerrado y oprimirlo es volverse lento, miedoso de cualquier decisión o peligro que se aproxime. Por eso es que es necesario hacerlo tu aliado, ¿cómo lo logras?  Me encantaría decirte que al tomar terapia y/o sesiones de coaching generaran un mayor autoconocimiento y confianza en ti mismo, y esto te ayudaría para aliarte al enemigo y hacer de éste tu cómplice y mano derecha, pero se necesita más que esto, se necesita desarrollar capacidades como: la voluntad de querer verdaderamente cambiar y reconocer el para qué queremos cambiar. No hay soluciones rápidas, pero siempre se puede dar el primer paso para acercarte a la meta. Si descubriste que muchas veces este enemigo te ha saboteado, te invito a que sigas estos simples pasos:

  1. Cada vez que te toque tomar una decisión y tengas miedo a fallar, recuerda cuantas veces has salido adelante y cuantas veces has podido solucionar las cosas, por lo tanto, repite la frase “Todo está bien y encontraré la solución adecuada” “Estoy a salvo” esta frase ayudará a tu cerebro que se tranquilice y la emoción del miedo disminuya, recuerda que para tomar decisiones las emociones deben estar tranquilas para que no influyan en el proceso racional que es el que nos hará ver todas las opciones posibles. La parte racional de nuestro cerebro nos ayudará a ver todos los recursos que tenemos, las acciones que podemos realizar y cuáles son las posibles direcciones que podemos tomar.
  2. Se vale ser vulnerable. Dicen que los negocios son fríos y es cierto, pero los que los dirigen son humanos, así que reconoce que eres vulnerable, reconoce cuando necesitas parar para tomar un respiro, reconoce cuando emocionalmente no estás bien para tomar una decisión. El hecho de validar una emoción que te baje o que no te hace sentir pleno, es el primer paso para solucionarlo y para salir lo antes posible de esa situación. Así que no alimentes al enemigo luchando en contra de éste, se vale decir si tengo miedo, si me siento débil antes esto, me siento impotente, etc.  El hacer esto te ayuda a ver que no estás solo y puedes contar con un equipo que te apoye a sacar el proyecto o el problema. Y, por último.
  3. Aprende a Comunicar, a confiar en tu equipo y a dar continuidad a tus decisiones desde la humildad, eso te ayudará a ver tus errores y a aprender de ellos sin castigarte ni culparte. Recuerda que no eres el Superman que tienes que salvar a todos, eres sólo un ser humano con luz y sombra que está aprendiendo a utilizarlas para construir un camino.

El aceptar esto no sólo te hace aliado del enemigo, sino que puedes transformar a ese enemigo en tu mejor amigo que te ayude a llegar más lejos.

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