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Genealogía

Por: Claudia Díaz Jiménez

Te has preguntado alguna vez ¿Quién eres?, ¿De dónde vienes?, ¿Quiénes son tus antepasados?, ¿Dónde vivieron?, ¿Quiénes eran?, ¿Cuál es el origen de tu historia familiar? De este estudio se encarga la genealogía.

Pero, ¿qué es la genealogía? La genealogía es una ciencia auxiliar de la Historia, proviene del término genos en griego, genea: raza, nacimiento, generación, descendencia; y logos, logia que significa creencia o estudio.

“Es el estudio de la ascendencia y descendencia de una persona o familia.”

El objetivo principal de la genealogía es identificar todos los ascendientes y descendientes en un árbol genealógico, registrando como mínimo el nombre de la persona, fecha, lugar de nacimiento, matrimonio y muerte.

El encargado de realizar este estudio se llama genealogista.

Sin embargo, la elaboración de un árbol genealógico requiere para los genealogistas años de dedicación y dinero para poder realizar las investigaciones.

El árbol genealógico es una representación gráfica en la que se muestran los antepasados y descendientes de un individuo en forma organizada, hasta determinada generación.

Dependiendo de la finalidad o uso, el árbol puede referirse solo a la filiación y sucesión masculina llamada también línea de sangre o linaje, o a la filiación o sucesión femenina llamada línea de ombligo.

Es importante saber que el árbol también tiene otros usos, como, por ejemplo: la investigación del pedigrí o ascendencia de algún animal, la evolución de una lengua o un idioma, seguir la trayectoria de un deporte o disciplina artística, entre otros.

A pesar de que existe un especialista en realizar este estudio, nosotros también podemos realizar nuestra investigación, no al grado de profundidad que lo haría un genealogista, pero si, de tal forma que nos arroje información del origen de nuestra familia.

Existen dos fuentes muy importantes para poder recabar información y en las que nos debemos basar para obtener buenos resultados y estas son las fuentes orales y las fuentes documentales.

Los datos principales que debemos recabar son: nombres, lugares y fechas, de preferencia que sean exactas, si esto no es posible, fechas aproximadas.

La primeras fuentes que debemos utilizar son las fuentes verbales, aunque se pueden considerar fuentes inexactas en cuanto a datos precisos, como fechas de nacimiento, defunciones, lugares de origen, profesiones entre otros datos, su importancia radica en que pueden nutrir nuestra historia con anécdotas o puntos de vista familiares que no aportan las fuentes documentales, inclusive en algunos casos ni siquiera existen las fuentes documentales, debido a desastres naturales o guerras o en casos de hijos naturales en donde no se hacía registro anteriormente.

Las fuentes verbales las podemos buscar en nuestro núcleo familiar: con nuestros padres, abuelos, tíos, primos incluso bisabuelos.

Es importante considerar en primer término a los familiares de mayor edad, ya que los datos que te pueden aportar, por muy sencillos que sean, pueden llegar a tener un gran valor, también puedes consultar a las personas mayores que tuvieron relación directa y cercana con tu familia.

Los genealogistas incluso llevan un registro bien definido, sobre quien les dio los datos, en fichas que pueden ser en formato físico o electrónico, (ya existen programas especiales para genealogistas).

Una vez agotadas nuestras fuentes orales, acudiremos a las fuentes documentales, estas las podemos encontrar en archivos familiares, que son documentos escritos como cartas personales, documentos legales, copias de expedientes, títulos de dominio y otros que la familia guarda de manera personal.

Otra fuente a considerar son los registros civiles, en la que podemos encontrar información sobre nacimientos, muertes, defunciones, divorcios, nacionalizaciones, entre otros.

Si la información que deseamos es anterior a la aparición de los registros civiles, podemos acudir a los archivos eclesiásticos, los archivos parroquiales guardan información importante, incluso son memorias históricas en algunos países.

Existen otras fuentes como son los archivos notariales en los que se puede hallar información sobre testamentos, cartas de dote, transacciones comerciales, ventas, etc. Algunos países cuentan con archivos de la Administración de Estado.

Otra fuente importante nos la puede proporcionar los estudios realizados por genealogistas y que publican en páginas de internet especiales sobre este tema, si tu apellido es muy antiguo, probablemente ya exista un análisis realizado sobre su origen, incluso podrías encontrar el escudo familiar además de datos que puedan arrojar información valiosa sobre el origen de tu familia.

El ejercicio de investigar y crear tu árbol genealógico obedece muchas veces a la búsqueda de enfermedades heredadas, incluso son problemas emocionales, mejorar relaciones y entender síntomas de enfermedades. Es una herramienta de la psicología y la psiquiatría de terapias complementarias. Funcionalmente reconstruye lazos familiares y en general aporta mejoría al estado físico y mental.

Siempre hay algo bueno que descubrir, ¿te animas a construir tu árbol genealógico?

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